La Conducción al Sepulcro
La Conducción al Sepulcro es un paso de creación reciente, sin tradición, al menos conocida en la Cofradía.
Se propuso su construcción en 1.900 y debía corresponder al modelo del cuadro de Antonio Ciseri: «Il trasporto de Cristo». Se conserva una réplica del original desaparecido en la Galería de Arte Moderno del Palacio Pitti de Florencia, además de otros dibujos en la Galería de los Ufizzi de la misma ciudad italiana.
Se hicieron suscripciones en los periódicos El Correo de Zamora y el Heraldo de Zamora, consiguiéndose 5.245 ptas. Acto seguido se prosiguió con la convocatoria de un concurso, en el que se especificaba que «se debería ajustar en todo al cuadro referido así como la obligación de visitar Zamora para conocer el estilo de los otros pasos de la Cofradía, con la intención de que no desentonase con los demás«. Entre otros, concurrió José María Garrós, escultor afincado en Bilbao. Éste ofreció a la Cofradía un boceto en barro y varios dibujos. El importe ascendía a 3.440 ptas.
Encargada la obra fue entregada el 28 de marzo de 1901, aunque todavía hubo de rematarse en la ciudad. La policromía corrió a cargo de D. Domingo Espalta, de Barcelona, persona reconocida en su labor.
El viernes santo 5 de abril de 1901, fue sacado en procesión por primera vez, valorándose mucho el buen hacer del escultor, aunque se hizo notar entre el público que presentaba una acusada frontalidad por la cara izquierda, siendo las demás meros acompañamientos.
El año siguiente estrenó mesa, obra también de Garrós, que aún luce, (las tallas).
El pueblo enseguida le puso apodo, llamándolo: el de la pulga, por la disposición de la mano izquierda de Cristo que parece aplastar una.
Desde 1995 desfila a hombros de cuarenta cargadores costeando ellos mismos la ampliación de la mesa para su puesta a hombros.
Texto: Alberto Fdez. Ferrero
Foto: Lucio Palmero Rodríaguez